22/7/08

¿Veraneo o vacaciones ?

A simple vista parece lo mismo, pero no. No tiene ni comparación. Y además tiene truco. Las vacaciones son el descanso de una actividad habitual, trabajo o estudios. O sea que las vacaciones están bien para descansar, para pasear, para tener tiempo libre y dedicarte a las tareas que durante el resto del año debido a las obligaciones no tenemos tiempo de hacer. Y no se porqué, siempre se acaba haciendo esto último. Parece que toda la familia esté esperando a que te den las vacaciones para mandarte algo que hacer. Tu pareja suele aprovechar estas fechas para sacar la lista que ha estado confeccionando durante todo el año de los arreglos que hay que hacer en la casa. Y al día siguiente de tomarte las vacaciones ya estás subido a una escalera arreglando esa lámpara que no funciona desde navidad. Que entre que le pides la escalera al vecino, compras las bombillas en el Leroy y estudias la operativa del trabajo se te pasan dos días. Luego vienen los repasos de pintura, que si vives en un piso suelen acabar rápido, pero como tengas la desgracia de vivir en un adosado, te pasas una semana pintando verjas, puertas, celosías y hasta la caseta del perro, eso sin hacerte mucho el listo, que como te guste y lo digas, te pintas hasta las verjas del chalet de los suegros.
Por fin cuando has acabado todas esas pequeñas chapucillas y piensas que ahora toca verdaderamente descansar y que te tumbarás en un buen sillón con una rica y fresquita cerveza, hasta que se vacíe la nevera, llega algún pariente, normalmente un cuñado, que también está de vacaciones, que no de veraneo, y se le ocurre la brillante idea de pasar el próximo fin de semana en una casa rural. Que tu te preguntas, pa qué? Si yo estoy muy bien de vacaciones, que no quiero veraneo, y menos de ese tipo. Que el turismo rural ya me lo conozco, que antes se llamaba "ir al pueblo", y que la diferencia es que si vas a tu pueblo es gratis y si haces turismo rural vas a un pueblo que no es el tuyo y encima pagando una pasta. Claro, que no vale cualquier pueblo, tiene que ser un pueblo con "encanto", que cuando entras al bar intentas integrarte con los vecinos.-
¡¡¡Buenos días, paisanos!!! ¿Qué es lo típico de aquí?
Y el del bar piensa: "Pues aquí lo típico es que vengan los idiotas de la ciudad los fines de semana a dejarse mil quinientos euros".
Luego está lo de la casa rural, que es una casa adornada con muchas vasijas y ristras de ajos en el techo, que no tiene ni tele, ni radio, ni microondas. Mas tarde te das cuenta de que los del pueblo viven en unas casas que no tienen ningún encanto. Pero tienen jacuzzi, parabólica, Internet y portero automático, lo normal. Pero el "encanto" definitivo son las "actividades al aire libre". Como cuando te ponen a hacer senderismo, que es lo que habitualmente se llama andar, y consiste, pues eso, en poner un pie delante de otro hasta que no puedas más, mientras los del pueblo te adelantan en un todo terreno con aire acondicionado. Pero tú encantado. Vas por el campo como abducido. Te vuelves bucólico y todo te parece impresionante: ves una boñiga de vaca y sueltas:-
Ummmmmh qué olor a pueblo.
Y así se te pasan las vacaciones con un poquito de veraneo, que no es otra cosa que pasar las vacaciones en un lugar distinto de aquel en que habitualmente resides.
Y tú qué, este año de vacaciones o de veraneo? Pues..., a mí pueblo, que me han dicho que las verjas las pinto mí cuñado el mes pasado. Jodida crisis.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
22 julio 2008

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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.