6/5/08

Volando voy, volando vengo

Todo lo que se ignora, se desprecia, decía el poeta. Y algo parecido está pasando con la posible ubicación de un aeropuerto en la zona. Según parece desde hace meses se está especulando, desde diversos sectores, que se construirá un aeropuerto en la zona de El Álamo y Navalcarnero.
La pregunta del millón. Es bueno y positivo o todo lo contrario, tener un aeropuerto a pocos kilómetros de nuestras casas? Pues según y como, que diría aquel. Pero es que aquel todavía no sabe nada o casi nada del asunto. Sabemos por los medios de comunicación y por algunos colectivos que están organizándose para paralizar el proyecto hasta que no se dé una información veraz y fidedigna, que su ubicación será más o menos frente a la urbanización Calypo donde el Gobierno regional ha reservado 230 hectáreas; que se llamará del Suroeste; y que acogerá las 65.000 operaciones aéreas de Cuatro Vientos más los vuelos de las empresas de aviación de negocio que en estos momentos operan desde Torrejón de Ardoz.
Ésto, que son datos cogidos con pinzas, es lo que más o menos conocen los que se han interesado por el asunto, que otros, ni eso. Y es de justicia saber. Sobre todo, si se está creando poco a poco un clima de desconfianza por la opacidad de la información.
No entiendo porqué una infraestructura de tal envergadura, no se le ha dado la transparente publicidad que se merece, para que todos los vecinos de la zona puedan valorar de una manera objetiva en lo que se pueden convertir en unos años los pueblos en los que residen. Que resulta que no afecta la calidad de vida, porque el impacto sonoro no existe, bien. Que resulta que no afecta la calidad de vida porque se realizan otras infraestructuras que puedan diluir la afluencia masiva de vehículos, bien. Que resulta que la ubicación de un aeropuerto de esas características, trae riqueza y trabajo a la zona, bien.
Pero y si es todo lo contrario, y el ruido es insoportable, nuestras comunicaciones se colapsan y la riqueza y el trabajo son un cuento chino. Pues mal, muy mal. (Pero, como no lo sabemos)
Nos deben informar de a que nos atenemos, y el señor Lamela, como consejero de Transportes e Infraestructuras, entiendo que, ante la normal desconfianza de la ciudadanía a su proyecto, debería explicar y tranquilizar al personal, ¡pero volando!, que menos.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
6 mayo 2008

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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.