ETA ha querido hacer otra masacre intentando matar a 29 personas, entre las que había cinco niños, colocando una bomba junto a una casa cuartel de la guardia civil. El objetivo sanguinario de estos asesinos consiguió finalmente segar la vida del guardia civil Juan Manuel Piñuel, y teñir de dolor y repudia a toda España.
Ésto empieza a parecer el cuento de nunca acabar y, de una vez por todas, debemos exigir de las instituciones y organismos implicados en terminar con esta banda de criminales, gestos y actitudes que les hagan ver de que están solos, de que están repudiados y deslegitimizados por todos los demócratas, sin ninguna fisura ni resquicio de afinidad hacía sus criminales actuaciones. Y es en este contexto donde los dirigentes del PNV tienen especial protagonismo y deberían dar un paso al frente, no porque sean sospechosos de nada, sino por reforzar más si cabe todo lo contrario, demostrando que el derecho a la vida y vivir en libertad en una España democrática, está por encima de cualquier ideología, o proyecto político que, tan solo busca fronteras entre iguales.
Por ello los dirigentes del PNV, y sobre todo, a exigencia de sus afiliados, votantes y simpatizantes, deberían aparcar cualquier objetivo que coincidiera con los objetivos etarras, entiéndase autodeterminación, para demostrar a todos los demás demócratas solidaridad, a todos los demás partidos igualdad de condiciones, y sobre todo a ellos mismos, de que si algún día logran conseguir sus objetivos políticos no haya ni la más mínima duda de que éstos se han conseguido en libertad y democracia, y no por alguna carambola del destino, en una partida en la que ellos nunca participaron.Es difícil hacer un gesto de esta envergadura, aún más cuando se tiene la coartada de que no se puede renunciar a tus ideales políticos por las acciones de los terroristas, pero esto ya nos lo sabemos, ...y?
No estamos hablando de renunciar a reivindicar libre y democráticamente los objetivos políticos, estamos hablando de decir a los asesinos etarras que no. Que no, y que no. Que cualquier hombre o mujer que ama la libertad y que se define demócrata tiene y debe priorizar la vida humana a la esquizofrenia ideológica. Porque matar a una persona por defender una ideología no es defender una ideología, es matar a una persona.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
20 mayo 2008
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.