6/2/07

Ser o no ser... librepensador

Primero de todo decir, que el diccionario de la Real Academia define al librepensador, como, “partidario del librepensamiento”. Si buscamos la palabra librepensamiento, su definición dice: “doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural” Así, y volviendo al diccionario de la Real Academia, razón, se define en varias de sus acepciones, como: “Facultad de discurrir y acto de discurrir el entendimiento.”
Si buscamos la palabra libre, se nos define como: “que tiene facultad para obrar o no obrar; que no es esclavo“, entre otras acepciones, a mí gusto, no tan acertadas. En cuanto a pensador: “que piensa, medita o reflexiona con intensidad y eficacia”
También podríamos decir, que un librepensador, es un individuo que forma sus opiniones sobre la base de la razón, independientemente de la religión, la tradición, la autoridad o de creencias establecidas.
Y me dirán, y todo esto “pa qué” pues sencillamente porque es una bella palabra con mucho más significado del que a simple vista parece tener.
Bajo mi humilde opinión, debería ser un título y un orgullo poder calificar a una persona como libre pensador. Sin ninguna acepción negativa o restrictiva en cuanto a la filosofía personal del individuo, es decir, si al librepensador le lleva su razonamiento meditado, incluso a admitir, que las creencias establecidas, la tradición y la autoridad a la que está sometido, es el estado más “razonable”, la ecuación también sería perfecta. El librepensador no tiene y no debe porqué, renunciar a las costumbres y tradiciones ya establecidas si así lo entiende su razocinio, pero tampoco debe ni puede, cerrar las puertas a pensamientos y razonamientos a los que libremente le lleve su reflexión, por muy contrarios que éstos sean a las costumbres establecidas o a la opinión mayoritaria.
Como individuos somos cada uno de nosotros únicos. Nuestras virtudes y carencias nos definen también como lo que somos, seres humanos. Y al igual que la naturaleza nos ha dado piernas para que podamos caminar libremente, y no solo para dar patadas, ojos para que podamos ver, aparte de mirar, y oidos para poder escuchar, nos ha dado la capacidad de razonar y decidir libremente la senda de nuestro camino, el cual no debe estar previamente marcado, salvo en los lugares donde nosotros decidamos. Como decía el maestro Antonio Machado “...Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar...”
A estas alturas de mi vida, entiendo, reflexiono y razono que, en esencia todos somo librespensadores. Y esa misma lógica razonada me hace pensar y decir que, si como individuos cada uno de nosotros somos únicos. Cada uno de nosotros tenemos pensamientos únicos. Sería una pena que dejáramos pasar la vida sin decir lo que pensamos, cuando salga susurrando y cuando acontezca gritando. Con la educación y respeto que también los caminos de la razón nos deben llevar.
Difícil labor la de decidir con una reflexión lógica razonada, ser o no ser... librepensador.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
6 febrero 2007

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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.