23/1/07

Hoy tengo un Sueño

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados..., Esta es nuestra esperanza..."
Sueño que algún día la memoria se olvide de todos los rencores teñidos de azul y rojo, y los vista de luz blanca, que a todos nos ilumine. Sueño que algún día la palabra y la razón valgan para frenar el odio, solo alimentado por los maliciosos del poder que nada les importa más que su propio enriquecimiento y poder personal y, que llenándose la boca de palabras sin sentido, pero con ira, nos aplastan una y otra vez los sueños de fraternidad y libertad de todos nosotros. Hasta cuando esta pesadilla que no nos deja soñar que todos somos y estamos en el blanco de la paz y en el arco iris de la Libertad.
Sueño que algún día la sin razón del terrorismo sea aplastada y extirpada definitivamente de nuestras vidas, y si no es así, porque no pueda ser, porque tantas otras cosas no han podido ser, y no han sido todavía erradicadas de la humanidad a lo largo de siglos y siglos de historia, por lo menos que esa maldad no nos impregne a los hombres y mujeres de buena voluntad de ese odio y sin razón que combatimos codo con codo desde hace más de treinta años, pongamos que hablo de Madrid.
Hoy he tenido un sueño y no quiero dejar de contarlo. He soñado que nuestros políticos, esas personas que nos dicen lo que tenemos que pensar, y en más de una ocasión deciden por nosotros, en lugar de decidir en nuestro nombre, como debería de ser, dejaban de entender la política como una lucha o combate de los individuos y de los grupos para conquistar el poder que los vencedores usarían en su provecho, y la entenderían como una disposición a obrar en unos objetivos provechosos para el grupo en su conjunto.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Sueño que mis dos hijas vivirán un día en un país que se enorgullezca de sus dirigentes políticos, porque éstos serán dignos de merecer ese reconocimiento. Y acabo que, toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
23 enero 2007

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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.