Cristobal Colón al verla por primera vez, el 24 de octubre de 1.492, expresó con emoción “Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto". Se refería a la isla a la que nombró, en honor de la hija de los Reyes Católicos, “Juana”, y que posteriormente recobraría el nombre original con que siempre la llamaron sus primeros habitantes: Cuba.
Hoy, quinientos años después, los que han tenido el placer de visitar sus playas siguen asegurándolo. Pero no les voy a hablar de sus bonitas playas, ni de sus estupendos paisajes, sino de la forma de vida que, hoy en el siglo XXI, se les sigue imponiendo a sus gentes: La Dictadura, aunque sus partidarios lo denominan “democracia popular”. No hay libertad para formar partidos políticos, pero sí hay elecciones periódicas a varios órganos en los que se pretende representar las intenciones y aspiraciones de la población toda. Para ello se desarrolla un proceso eleccionario desde la base, desde el propio barrio o comunidad, donde los habitantes se reúnen en consejo de vecinos para designar aquellas personas que viven entre ellos y que se destacan por sus méritos, condiciones morales, capacidades diversas y preparación para ser postulados y elegidos para ocupar diferentes cargos de gobierno en las instancias municipal, provincial y nacional. Por eso no es extraño encontrarse en Cuba ocupando un cargo de presidente o vicepresidente de gobierno municipal, provincial o de diputado al parlamento a un obrero, a un estudiante, a un intelectual, a un artista, a un científico o a un campesino. Entonces es una dictadura o una mal llamada “democracia” popular? Veamos, Cuba tiene un sistema de partido único, el Partido Comunista de Cuba, y es imposible promover organizaciones opositoras. Los medios de comunicación en Cuba son de titularidad pública y están en manos del Estado central y de los municipios. La ley castiga a las personas que ejerzan el periodismo fuera del control estatal. El acceso a internet está limitado, combinando restriciones sobre quiénes pueden acceder a la red con mecanismos de filtrado que impiden acceder a determinados sitios. Sólo en centros de estudio y otras instituciones del estado pueden los cubanos acceder a la red, y en muchos casos únicamente para correo electrónico.
Entonces es una “democracia popular” o una mal llamada “dictadura”? Da igual el término con el que se le denomine, ya que su significado es el mismo. Fidel Castro y sus seguidores tienen que incluir en su diccionario la definición filosófica de la palabra libertad: Capacidad del ser humano de realmente decidir su destino. Y yo añado, no dejando nunca a ningún iluminado que, en nombre de la libertad del pueblo, para el pueblo, pero sin el pueblo, decida ese destino.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
29 agosto 2006
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.