Son pocos y cobardes, pero todavía quedan golpistas en este mundo que nos ha tocado vivir, para desgracia de los que no podemos vivir sin la libertad propia y la de nuestros semejantes, y seguimos humildemente luchando por ella sin vacilaciones de ningún tipo.
Estos tipos, casi siempre se sublevan alegando que lo que quieren es restituir la legalidad y el orden democrático y constitucional del país, sin reparar que los métodos utilizados son totalmente contrarios a esa misma legalidad y orden constitucional por el que dicen hacerlo.
Primero destituyen al presidente electo, alegando ilegítima una consulta no vinculante que éste quería hacer al pueblo, con el objeto de saber, si los hondureños están de acuerdo en que en los comicios de noviembre se colocase una cuarta urna para votar un referéndum y cambiar la constitución por medio de una Asamblea Constituyente. Más tarde, cuando ya están, o piensan ellos que están, calmadas las aguas, pasito a pasito van alejando a los ciudadanos de las libertades, implantan el toque de queda y, empiezan a suprimir libertades individuales. En Honduras durante la noche, las Fuerzas Armadas y la Policía tienen la potestad de recortar los derechos de "manifestación, inviolabilidad del domicilio, asociación, garantías en la detención y libertad de movimientos por el país". La etiqueta no pone "estado de sitio", pero lo que viene dentro sabe igual.
Mientras el nuevo mandatario y los que le apoyan, intentan vestir el golpe como algo necesario y legítimo, la totalidad de la comunidad internacional condena, rechaza y no reconoce como presidente a Micheletti, ya que sus actuaciones le delatan con hechos como que, miembros de las Fuerzas Armadas irrumpieron en la residencia presidencial, golpeando y sometiendo a la Guardia de Honor, para detener al presidente Manuel Zelaya y expulsarlo del país. Se prohibieron las televisiones internacionales dentro del país. Fueron detenidos varios periodistas. Se desplegó un dispositivo con aviones de combate y soldados en las calles de Tegucigalpa, donde la policía lanzó gases lacrimógenos contra los ciudadanos que apoyan a Zelaya y que se manifestaban en el centro de la ciudad. Cortaron la electricidad, telefonía e Internet del país. Fueron secuestrados los embajadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela. El congresista y líder popular César Ham fue asesinado por los golpistas cuando iba a ser arrestado por éstos. Se leyó en el Congreso una carta supuestamente escrita por Zelaya en la que explicaba su renuncia por razones de salud, cuando el propio Zelaya desde su exilio negó haberla escrito. Blanco y en botella, o lo que es lo mismo, golpe de estado en todos sus términos y consecuencias.
Quiero pensar que la comunidad internacional no flojeará con el paso de los días y mire para otro lado, como en otras tantas ocasiones ha sucedido, sobre todo en el sur y centro de America y, más pronto que tarde haga lo necesario para que el único y actual presidente elegido por su pueblo vuelva a su país con todos los honores, y los golpistas den explicaciones ante la justicia, como no podría ser de otra manera, de las actuaciones que han tomado durante el tiempo que dure la infamia que están cometiendo con el pueblo hondureño. No entro a valorar si las posiciones y actuaciones políticas de Zelaya son buenas, malas o todo lo contrario, pero es y debe ser el pueblo, y solamente éste el que quite y ponga presidentes. Y si ha incurrido en ilegalidad manifiesta se le debe juzgar con todos los derechos y garantías que un Estado de Derecho debe preservar a todos sus ciudadanos, pero nunca con alevosía y por la fuerza. Y en las próximas elecciones, anticipadas o no, ya se verá de nuevo lo que buenamente dice el pueblo hondureño, sobre por donde quiere que vaya su gobierno. Mientras, todo esto es una afrenta a su pueblo y a toda la humanidad.
Estos tipos, casi siempre se sublevan alegando que lo que quieren es restituir la legalidad y el orden democrático y constitucional del país, sin reparar que los métodos utilizados son totalmente contrarios a esa misma legalidad y orden constitucional por el que dicen hacerlo.
Primero destituyen al presidente electo, alegando ilegítima una consulta no vinculante que éste quería hacer al pueblo, con el objeto de saber, si los hondureños están de acuerdo en que en los comicios de noviembre se colocase una cuarta urna para votar un referéndum y cambiar la constitución por medio de una Asamblea Constituyente. Más tarde, cuando ya están, o piensan ellos que están, calmadas las aguas, pasito a pasito van alejando a los ciudadanos de las libertades, implantan el toque de queda y, empiezan a suprimir libertades individuales. En Honduras durante la noche, las Fuerzas Armadas y la Policía tienen la potestad de recortar los derechos de "manifestación, inviolabilidad del domicilio, asociación, garantías en la detención y libertad de movimientos por el país". La etiqueta no pone "estado de sitio", pero lo que viene dentro sabe igual.
Mientras el nuevo mandatario y los que le apoyan, intentan vestir el golpe como algo necesario y legítimo, la totalidad de la comunidad internacional condena, rechaza y no reconoce como presidente a Micheletti, ya que sus actuaciones le delatan con hechos como que, miembros de las Fuerzas Armadas irrumpieron en la residencia presidencial, golpeando y sometiendo a la Guardia de Honor, para detener al presidente Manuel Zelaya y expulsarlo del país. Se prohibieron las televisiones internacionales dentro del país. Fueron detenidos varios periodistas. Se desplegó un dispositivo con aviones de combate y soldados en las calles de Tegucigalpa, donde la policía lanzó gases lacrimógenos contra los ciudadanos que apoyan a Zelaya y que se manifestaban en el centro de la ciudad. Cortaron la electricidad, telefonía e Internet del país. Fueron secuestrados los embajadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela. El congresista y líder popular César Ham fue asesinado por los golpistas cuando iba a ser arrestado por éstos. Se leyó en el Congreso una carta supuestamente escrita por Zelaya en la que explicaba su renuncia por razones de salud, cuando el propio Zelaya desde su exilio negó haberla escrito. Blanco y en botella, o lo que es lo mismo, golpe de estado en todos sus términos y consecuencias.
Quiero pensar que la comunidad internacional no flojeará con el paso de los días y mire para otro lado, como en otras tantas ocasiones ha sucedido, sobre todo en el sur y centro de America y, más pronto que tarde haga lo necesario para que el único y actual presidente elegido por su pueblo vuelva a su país con todos los honores, y los golpistas den explicaciones ante la justicia, como no podría ser de otra manera, de las actuaciones que han tomado durante el tiempo que dure la infamia que están cometiendo con el pueblo hondureño. No entro a valorar si las posiciones y actuaciones políticas de Zelaya son buenas, malas o todo lo contrario, pero es y debe ser el pueblo, y solamente éste el que quite y ponga presidentes. Y si ha incurrido en ilegalidad manifiesta se le debe juzgar con todos los derechos y garantías que un Estado de Derecho debe preservar a todos sus ciudadanos, pero nunca con alevosía y por la fuerza. Y en las próximas elecciones, anticipadas o no, ya se verá de nuevo lo que buenamente dice el pueblo hondureño, sobre por donde quiere que vaya su gobierno. Mientras, todo esto es una afrenta a su pueblo y a toda la humanidad.
Regino Mármol
El Progreso del siglo XXI
7 julio 2009
Golpe en Honduras 2009
OEA condena el golpe de Estado en Honduras y sus miembros no reconocerán a Micheletti.
Honduras GOLPE DE ESTADO Discurso del Presidente Zelaya en la ONU .1.
Honduras GOLPE DE ESTADO Discurso del Presidente Zelaya en la ONU U.N. speech .2.
Honduras GOLPE DE ESTADO Discurso del Presidente Zelaya en la ONU U.N. speech .3.3
Honduras GOLPE DE ESTADO Discurso del Presidente Zelaya en la ONU .4.
Honduras 65 GOLPE DE ESTADO Discurso del Presidente Zelaya en la ONU U.N. speech .5.
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.