4/5/09

"Si algo puede salir mal, saldrá mal"

Muchos de nosotros podríamos pensar que la Ley de Murphy es un invento o cuento chino de los que hacen gracia. Pero no. La Ley de Murphy fue enunciada por Edward A. Murphy Jr., un ingeniero de desarrollo que trabajó por un breve período en experimentos con cohetes sobre rieles hechos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1949. Según parece tenía un colaborador un poco inútil y en una de las ocasiones en la que se proponían experimentar sobre el desarrollo de su trabajo, conociendo las aptitudes de su mediano colaborador, Murphy dirigiéndose a otro colega dijo "Si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará". Y como podemos suponer lo cometió. Luego vino todo lo demás, hasta convertirse en una forma cómica y mayormente ficticia de explicar los infortunios en todo tipo de ámbitos y con una gran retahíla de variantes. Una de estas variantes, que al fin y al cabo viene a decir lo mismo, y que demuestra la veracidad de la Ley es "si una tostada untada de mantequilla se cae al suelo, siempre lo hará quedando con la cara untada contra el suelo".
Una vez aclarada esta verosímil referencia y como no podía ser de otra manera, vuelve a sus andadas la dichosa ley de Murphy. Si no estábamos bastante maltrechos y arruinados con la crisis que estamos atravesando, ahora va y se nos presenta una gripe infecciosa que está causando estragos en casi toda América, gran parte de Europa y en menor medida en Asia y Oceanía, con la terrible sombra de convertirse en pandemia.
Y es que, como ya hemos explicado, si algo puede salir mal, saldrá mal y, si puede empeorarse, se empeorará. Cosas de la casualidad o de la causalidad? Eso lo dejaba claro el tal Murphy y que cada uno lo interprete como quiera. Lo objetivo de este asunto, aparte de las lamentables muertes que se están produciendo en México y convalecencias hospitalarias que desgraciadamente se están produciendo en los lugares que antes indiqué en mayor o menor medida, es que la economía mundial sufrirá un nuevo envite desfavorable al añadir un nuevo e inesperado componente muy negativo a la actual situación. El temor a una pandemia acongoja, o debería hacerlo, y nos sitúa nuevamente y por segunda vez en un periodo muy corto de tiempo en la verdadera realidad humana.
Se dice con gran sabiduría que la excepción confirma la regla y esperemos que en esta ocasión también este precepto se cumpla. África todavía no ha sido tocada por la varita azarosa que ha propagado la nueva gripe, y esperemos que sea la excepción de la regla. Expertos sanitarios de la Cruz Roja y organizaciones internacionales de ayuda humanitaria en África celebraron el pasado martes un reunión en Addis Abeba, capital etíope, para evaluar la situación en torno a esta enfermedad. En un análisis profundo de la situación, los especialistas consideraron que el continente negro, o al menos el Este de África, no podría hacer nada ante una posible epidemia de gripe porcina, debido principalmente a la falta de médicos y centros hospitalarios.
Y mientras tanto, que tal llevarán estas crisis las grandes y poderosas industrias farmacéuticas y el capital que les apoya? Que no quiero ser malintencionado. Solo quiero decir que en muchas ocasiones se utilizan medios por los gobiernos que perjudican a unos pocos, por el principio de beneficiar al bien común de la sociedad en su conjunto. Veremos si esta vez al menos, ante esta circunstancia excepcional, también se aplica en caso de que fuera necesario y se les exige a estas industrias colaboración por el bien común. Porque África también está dentro del bien común, para lo malo y para lo bueno.
Regino Mármol
El Progreso del Siglo XXI
5 de mayo de 2009
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.