Es difícil en estas fechas abstraerse de lo que significa la Semana Santa en nuestro país. España culturalmente sigue impregnada de catolicismo y sus costumbres y dogmas de fe han calado, y siguen calando, profundamente en gran parte de nuestra sociedad. No quiero valorar la fe de las personas, ya que es algo que entra dentro del terreno de la libre conciencia de cada uno, pero eso no quita el que valore al Jesús que fue crucificado como un hombre que revolucionó su tiempo e intentó cambiarlo, y no como al hijo de Dios al que, mi limitado raciocinio no alcanza a conocer como tal.
La historia conocida nos cuenta, entre otras cosas, que Jesús de Nazaret fue un inconformista y un revolucionario, que se rodeaba de pobres, prostitutas y marginados. Asustó al poder establecido con sus discursos y ello le llevó a crearse numerosos enemigos muy poderosos. Su comportamiento, prédicas, amistades y modos de vida resultaron irritantes para quienes tenían fuerza y poder. Y sobre todo, y lo que a la postre terminaría costándole la vida, fue el enfrentarse a las autoridades de su tiempo, por que además de anunciar el Reino de Dios, denunciaba enérgicamente las injusticias que se cometían. Hubo un evidente choque de intereses entre las autoridades religiosas y Jesús.
En aquellos tiempos, el Templo de Jerusalén era la institución más importante de Israel. Representaba la fuente de ingresos más importante de la ciudad y de él vivían, la aristocracia sacerdotal, los clérigos y una multitud de empleados de distintas categorías. Un auténtico emporio económico y símbolo sagrado, que recibía las ofrendas y los sacrificios de todos los israelitas. Y Jesús lo atacó. Lo atacó directamente, expulsando con un látigo a los vendedores del Templo. Criticaba mordaz y constantemente al dinero y a la riqueza. Para el Nazareno, el dinero no era compatible con su Dios y predicaba con el ejemplo. Era pobre y vivía como un pobre. Ese fue uno de sus grandes errores de cálculo. Desde ese momento probablemente decidieron acabar con él. La doctrina que Jesús predicaba y vivía, se distanciaba de la interpretación tradicional de los jefes legítimos (sacerdotes) y de los maestros espirituales (fariseos) para los que no solo resultaba blasfemia, sino que dinamitaba las bases mismas del poder político-religioso. Puso el sistema patas arriba. Las autoridades no se quedaron de brazos cruzados. Lo despreciaron, lo calumniaron, lo tacharon de «comilón, borracho, perturbado mental, embaucador» y lo persiguieron. Y buscaron la manera de quitarse de en medio al profeta de Galilea como fuese. Le acusaron de ser un libertador político (Mesías) y de predicar la subversión, consiguiendo que se le condenara a la pena que se aplicaba a los subversivos. Muerte por crucifixión. La crucifixión, junto con la hoguera y las fieras, era un tipo penal de «muerte agravada». Los delitos que la conllevaban eran muy pocos: magia con resultado de muerte, parricidio, incendio de templos y, sobre todo, delito contra la seguridad del Estado.
Algunas de sus máximas más conocidas podrían, incluso hoy día, denominarse revolucionarias:
"Tratad a los demás como vosotros quisierais ser tratados. Esta es la esencia de todo lo enseñado por la ley y los profetas"
"Como vosotros sabeis, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre vosotros deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos"
Hoy las leyes protegen a los hombres que hacen este tipo de manifestaciones, pero si nos situamos en su época, y en otras no tan lejanas, comprenderíamos mejor porqué fue asesinado. Declarado culpable de antemano, con testigos falsos, y sin ninguna garantía de un juicio justo, fue condenado. Por ello pienso que a la pregunta, fue Jesucristo un revolucionario? mi respuesta es si. Y además, murió por ello, por sus ideales revolucionarios. A la pregunta murió por todos nosotros? mí respuesta también es afirmativa, ya que murió por defender al pueblo del opresor, enfrentándose al poder, minando sus cimientos.
En definitiva, Jesús estuvo siempre de parte del pobre y del débil. De las clases más desfavorecidas y marginadas. Y como él anunció, lo hacía predicando con el ejemplo. Por lo que él, lo que significó y lo que decía, sigue siendo una verdadera revolución. A mi entender humana. Admirablemente humana.
Jesús Christ Superstar (1973) The Temple & Lepers
Jesus Christ Superstar (Spanish Version) Jesus Must Die
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.