Recuerdo, que la única vez que visité este lugar, fue cuando todavía usaba pantalón corto, en una excursión del colegio organizada por el padre Antonio, director del colegio de frailes en el que pasé mis primeros años escolares. Entonces no era consciente de lo que significaba tan enorme monumento. A esa temprana edad, lo que verdaderamente importa, es salir de excursión y dejar de acudir por un día al colegio para hacer un viajecito por la sierra de Madrid en los primeros días de primavera.
Más tarde, con el paso del tiempo, aunque no he vuelto a visitar ese lugar, me fui enterando de quien ordenó su construcción, del simbolismo para el cual fue construido, que uso se le daba, etc. Según cuentan las crónicas, fue el dictador Francisco Franco el que ordenó su construcción al año siguiente de haber terminado la Guerra Cívil comenzada por el golpe de Estado del treinta y seis. Actualmente está enterrado allí junto con José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, así como con otros 33.872 combatientes de ambos bandos en la Guerra Civil.
Según el decreto fundacional de 1 de abril de 1.940, el monumento y la basílica se construyeron para: “... perpetuar la memoria de los caídos de nuestra gloriosa Cruzada...”
Dicho esto, tengo que añadir. que desde que tengo uso de razón, que por cierto no hace mucho tiempo, siempre he considerado a este monumento a los caidos, como un monumento a la gloria franquista y su dictadura, en vez de a los españoles caidos, y mucho menos a la gloria de la España que queremos todos los españoles actualmente.
Ahora la palabra “todos” va ha honrar verdaderamente a todos los caidos. Según me cuentan, con tan solo una palabra, esto va ha cambiar. Los dos grandes partidos nos proponen que se añada la palabra “todos” con lo que pasaría a llamarse Valle de todos los Caidos, honrando a todos los fallecidos de la guerra civil y de la posterior represión franquista.
Estoy convencido, que cuando esto se materialice, volveré a visitar ese lugar, esta vez con mis hijas, todavia en edad escolar, y les explicaré su actual significado, y de como, una vez, una simple y simbólica palabra ayudó a unir más, si cabe, a los españoles.
Seguro que cundirá el ejemplo y otras inscrpciones bajo cruces, no tan grandes en tamaño pero si en importancia para muchos, recordarán tan solo a todos sus caidos.
España es así, por todos.
Regino Marmol
El Progreso del siglo XXI
23 octubre 07
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.