22/2/11

Antonio Machado sigue vivo

Antonio Machado en el otoño de 1936 se denomina a sí mismo «demófilo incorregible», esto es, «amante del pueblo» —término que emplearía su propio padre como seudónimo («Demófilo»), con patente filiación familiar, ya que José Álvarez Guerra, el bisabuelo materno, había empleado el muy doceañista de «Un amigo del hombre». La «filantropía» (como hubiera dicho Mairena) heredada por Antonio Machado es también el resultado de una fusión de tres componentes: el político, el filósofo y el antropológico.

Hoy hace 72 años que Don Antonio Machado murió en el pequeño pueblo francés de Collioure, donde se había exiliado poco antes de terminar la Guerra Civil en España. Todavía hoy, cientos de personas visitan su tumba y le dejan escritos personales en un buzón puesto en su cabecera.




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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.