Trascendental reflexión del astrónomo, exobiólogo y divulgador  científico Carl Sagan que expone por qué la única forma que tienen los  seres humanos de conocer el Universo es la ciencia y por qué seguir  pensando que el Universo fue creado para ellos equivale a pasar  premeditadamente por alto las evidencias.
Es mejor, con mucho, comprender la dura verdad que creer una fábula tranquilizadora.
[Fragmento extraído del audiolibro "Un punto azul pálido"]
 
 
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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.