7/5/10

Pagandole Con La Misma Moneda



Algunas veces mirar el mundo al revés nos da el verdadero sentido de las cosas. Ponerse en el lugar del otro es una manera de entenderle.
Es curioso como casi todas las religiones nos hablan del amor al prójimo, de la comprensión, de la caridad, de las buenas acciones y por el contrario no aceptan a los que para llegar a esos ideales no necesiten estar bajo el paraguas de ninguna congregación religiosa ni sentir la necesidad de hacerlo por seguir al lider espiritual de turno.
No entienden que el hombre sea capaz de discernir su destino sin ninguna guía predeterminada que le lleve a la salvación prometida, sin ningún tipo de chantaje moral. Que lo hagan simplemente porque quieren el bien sin más, sin condiciones, a cambio de nada ni de ningún paraiso, sin ningún interés. Como si los hombres no supieramos juzgarnos a nosotros mismos y saber que mundo queremos, después de la experiencia vital, dejar a nuestros hijos y nietos.

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Cuando se abriga una convicción, no se la guarda como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al viento, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas de la cabeza, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen.